En un claro indicio de la recuperación en el sector inmobiliario, los jóvenes a partir de los 27 años están emergiendo como actores clave en la adquisición de propiedades residenciales.

El interés en la inversión en viviendas está experimentando un renacimiento, y los jóvenes se han convertido en el nuevo foco de atención de la industria inmobiliaria. En este contexto, el uso de créditos compartidos, donde hermanos, amigos o parejas pueden unirse sin necesidad de estar casados, está ganando terreno como un medio popular para adquirir propiedades.

Jóvenes a partir de los 27 años ya están explorando la posibilidad de adquirir su propio departamento. Ahora, gracias a los créditos hipotecarios compartidos, es posible que dos hermanos, parejas no casadas e incluso padres e hijos se asocien para comprar una propiedad. Este cambio en el mercado es notable; antes, el enfoque estaba en personas casadas que podían mantener ciertos estándares crediticios, pero ahora las posibilidades se expanden.

Desde marzo del presente año, se ha registrado un incremento significativo en las transacciones inmobiliarias, impulsado en gran medida por las facilidades de pago disponibles.

Podemos hablar de una recuperación en el sector inmobiliario; las personas han recuperado la opción de acceder a una vivienda. A pesar de las preocupaciones generadas por las tasas de interés en el pasado año, el momento sigue siendo propicio para comprar, ya que el mercado sigue ofreciendo oportunidades rentables. Además, es importante tener un empleo estable para calificar para un crédito hipotecario.

Nueva Orientación hacia el Público Joven

Las empresas constructoras están redirigiendo su atención hacia el público joven, que prefiere adquirir departamentos más pequeños en lugar de casas grandes.

Los jóvenes son el nuevo nicho de mercado al que todas las empresas constructoras están dirigiéndose. Este grupo demográfico tiende a optar por propiedades de primer uso debido a la seguridad inherente de las construcciones nuevas, lo que evita gastos adicionales. Además, buscan viviendas más compactas, diseñadas principalmente para satisfacer sus necesidades básicas de descanso y desayuno, en línea con sus rutinas laborales.

Adicionalmente, los compradores jóvenes valoran las áreas sociales en los edificios residenciales, como salas de juegos y piscinas, buscando comodidad y la optimización del tiempo en sus actividades cotidianas.