El desarrollo del mercado inmobiliario juega un papel fundamental en la dinamización de la economía, ya que tiene un impacto multisectorial en áreas como la construcción, la industria, el turismo, el comercio minorista y la hotelería. Su estrecha relación con los niveles de inversión, consumo y generación de empleo formal lo convierte en un factor clave.
A pesar de su importancia, la participación en este mercado solía estar limitada a grandes capitales para la inversión directa o a mecanismos de inversión indirecta con la participación mayoritaria de inversionistas institucionales.
En la actualidad, se prevé una fase de corrección en el mercado inmobiliario no residencial a corto plazo, con niveles aún altos de vacancia dependiendo del tipo de activo. Este sector se encuentra relacionado con el desarrollo de grandes proyectos con efectos multiplicadores, como la Ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, que contribuyen a consolidarlo y estimulan las inversiones en terrenos, oficinas, departamentos y otros activos.
Existen diferentes mecanismos o vehículos de inversión que permiten tener exposición al mercado inmobiliario:
1. Construcción de inmuebles: Implica la construcción de propiedades para posteriormente venderlas o alquilarlas y así recuperar el capital invertido. Factores como los niveles de vacancia para alquileres, la demanda y los precios acordes a la fase del ciclo inmobiliario son relevantes para una inversión óptima.
2. Compra y venta de inmuebles: Los inversionistas pueden adquirir propiedades ya construidas, sin asumir riesgos de construcción, y luego venderlas a un precio más alto en el futuro, obteniendo ganancias. Aquí también son relevantes los niveles de demanda y los precios acordes a la fase del ciclo inmobiliario.
3. Fondos de inversión: Esta opción permite a inversionistas, incluyendo instituciones y el público en general, invertir en inmuebles a través de un fondo administrado por una Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI).
4. Participación en FIBRAs y FIRBIS: Estos vehículos de inversión permiten a personas naturales e inversionistas institucionales participar en el mercado inmobiliario mediante la adquisición de documentos representativos de capital. Estos vehículos se enfocan en rentas de bienes raíces y tienen la obligación de distribuir el 95% de sus utilidades periódicamente. Los FIBRAs son administrados por un gestor especializado, mientras que las FIRBIS son gestionadas por una SAFI.
Es importante destacar que los Fideicomisos de Titulización para la Inversión en Rentas de Bienes Raíces (FIBRA) son un nuevo vehículo de inversión en el mercado peruano. El Perú es el segundo país en la región en aprobar y regular este tipo de mecanismos para su plaza bursátil, siguiendo las experiencias exitosas de México (conocidos como FIBRA) y Estados Unidos (llamados Real Estate Investment Trust – REIT).
Excelente artículo 👍